Conocen bien las interioridades de sus deportes ya que los practican desde muy jóvenes. Ahora, además, son responsables en la gestión de sus clubs.
Genoveva García, vicepresidenta de la Escuela Lamakai de Artes Marciales. Vuestro club es la primera escuela fundada en Europa de lamakai, arte marcial polinesio. ¿En qué consiste, para la gente que no lo conozca?
Es un arte marcial, orientado hacia la defensa personal. A diferencia de otras, nuestro estilo polinesio se caracteriza por el movimiento fluido y relajado del cuerpo. Tiene gran velocidad, es contundente y explosivo. Se entrenan multitud de técnicas de defensa y ataque con brazos y piernas. Es muy completo.
¿Cómo te introdujiste en este arte marcial?
Soy practicante de artes marciales desde los cuatro años, mis padres siendo niña querían que hiciese deporte y que al mismo tiempo aprendiera a defenderme. Un día me acerqué a la Escuela Lamakai, y me invitaron a una clase de prueba. Enseguida, me hicieron sentir cómoda, el ambiente era muy respetuoso y a la vez agradable y familiar. Quedé realmente sorprendida, las técnicas ejecutadas al aire de forma suave eran de gran belleza, me recordaban casi a una danza, pero cuando se aplicaba ante un ataque resultaban devastadoras. Hoy en día disfruto mucho entrenando y colaborando en las clases con el maestro José María Gómez.
Muchas mujeres, a día de hoy y desgraciadamente, siguen siendo objeto de abusos y violencia. ¿En qué ayuda la disciplina que enseñas?
En nuestra Escuela estamos muy concienciados ante la lacra social que supone la violencia de género. Por ello se ha desarrollado un programa específico para enseñar los conocimientos técnicos y las habilidades necesarias para la autodefensa física, mental y emocional de la mujer.
¿Cómo os ha afectado la crisis sanitaria de la pandemia? ¿Se está notando ya la vuelta a la normalidad?
La pandemia nos sorprendió a todos y nos puso a prueba. Personalmente, estoy muy orgullosa de cómo desde la dirección del club, con el gran apoyo de la Delegación de Deportes y la Asociación de Clubes de San Sebastián de los Reyes, se ha afrontado con éxito esta excepcional situación. En la presente temporada volvimos a las clases presenciales con una exhaustivo protocolo con el que se están desarrollando los entrenamientos con normalidad.

María Bermejo, vicepresidenta del Sanse Scrum Rugby Club. Fuiste jugadora del primer equipo, que tuviste que abandonar por tu maternidad. ¿Es más difícil conciliar la vida laboral y familiar por el hecho de ser mujer?
En mi opinión siempre quedará trabajo por hacer en ese aspecto. Pero también depende mucho de los sectores. En muchos casos, creo que el problema es la conciliación en sí, independientemente de ser hombre o mujer. Pero como digo, depende de los sectores. En caso de ser deportista a nivel profesional, la parte deportiva se ve muy afectada. El embarazo, la recuperación postparto… Tengo amigas que han podido estar corriendo gran parte del embarazo, pero en mi caso, estuve jugar al rugby. Mi marido es también jugador y no le afectó. El hecho de ser madre hace que te cambien las prioridades y, en mi caso, la parte deportiva se ha visto muy perjudicada.
Actualmente, aunque sigues jugando, te has centrado en tus funciones de vicepresidenta, como otras mujeres de la Junta Directiva del club. ¿Puedes citar a alguna compañera que esté al frente de los proyectos deportivos en los que estáis trabajando?
En nuestro club es cierto que las mujeres estamos bien representadas en todas las áreas. Hay muchas jugadoras y ex jugadoras entrenando en categorías inferiores, en la gerencia del club y en la Junta. Una de mis compañeras es Carmen Álvarez. Creo que los grandes proyectos en los que estamos ahora involucrados salen adelante gracias a su labor y, por supuesto, a la colaboración de nuestros patrocinadores. Principalmente, me gustaría destacar el proyecto de rugby inclusivo y el aula de estudio. Creo que la labor que se hace en ambos proyectos afecta de manera muy positiva en nuestros jugadores.
El rugby es un deporte de mucho contacto físico y fuerza, y vuestro equipo femenino está al máximo nivel en nuestro país, con jugadoras en la Selección. ¿Habéis roto tópicos?
Yo comencé a jugar hace 20 años y, como deporte, el rugby femenino ha conseguido romper algunos tópicos, pero quedan aún muchos. Nuestras jugadoras, independientemente de que sean internacionales no, saben que necesitan del resto del grupo para seguir creciendo. Aunque haya contacto, no es necesario que seas grande. Hay muchas posiciones donde jugar. Este deporte tiene su parte de contacto y su parte de evasión. A nivel de club, estamos orgullosos de que se le dé tanta importancia al equipo masculino como al femenino.
La Plaza de Sanse