Laura MARTÍN / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 23.04.2022
Después de 700 días con mascarilla, nuestro país se despide de ellas, excepto para casos muy concretos. Habrá que acordarse de ponerse la mascarilla en las residencias de mayores, en el transporte público y en establecimientos sanitarios, como las farmacias.
En todos los centros donde se lleve a cabo una actividad sanitaria como gabinetes de fisioterapia, dentistas o centros de podología es obligatorio llevar la mascarilla.
Sin embargo en los aeropuertos y en los andenes de las estaciones se levanta la prohibición. En los taxis y VTC sí es obligatoria. El BOE publica el texto íntegro del decreto donde se pueden consultar todos los detalles de la nueva norma.
En el resto de espacios, llevar mascarilla es una elección personal, a pesar de ello muchas personas se resisten a quitársela. Se ha convertido en un símbolo de protección ante una pandemia que ha dejado huella, tanto en el ámbito sanitario, como en el económico y en el psicosocial.
Sanidad recomienda a la población, de forma general, hacer un uso responsable de la mascarilla en todos los espacios interiores donde haya socialización. Esto significa que en comercios, cines, teatros, salas de conciertos, museos o locales de ocio sería recomendable el uso de la mascarilla.
En los colegios la recomendación es clara: los escolares se pueden liberar de la mascarilla en todos los espacios porque los beneficios de quitársela superan a los riesgos de contagio. En los centros de trabajo la decisión corre a cargo del departamento de prevención de riesgos laborales.
Sanidad confirma que nos encontramos en un escenario con tendencia a la baja en cuanto a transmisión y presión hospitalaria, pero el mayor reto es seguir protegiendo a las personas vulnerables, para las que Sanidad sí recomienda llevar mascarilla.
En España, el 92 % de la población está inmunizada, se han acabado las restricciones, ya no hay que aislarse en caso de ser positivo en COVID y nos hemos casi despedido de las mascarillas. Mientras llega o no el fin de la pandemia, en las calles de San Sebastián de los Reyes reina la responsabilidad, la prudencia y también un cierto alivio.