Álvaro ARRIBAS / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 11.02.2016
María Antonia Fernández Fernández, conocida como Toñi Fernández en el mundo flamenco, trajo devuelta al Centro Joven la Cátedra de Flamenco Félix Grande tras el receso invernal. Para ello, desplegó un repertorio de seguidillas, tangos, alegrías, soleás y malagueñas con el que atronó el anfiteatro.
Esta cantante gitana nació en 1986 en Huércal de Almería. A los 17 años ganó el Concurso Venta del Compadre, y a los 21 comenzó su trayectoria profesional. Salió de las peñas, pasó por diferentes compañías y ahora realiza su trabajo como solista.
Pero hay cosas que permanecen como el primer día. La sensación antes de subir al escenario, dice la cantaora, es una de ellas. “No es nerviosismo, es simplemente esas ganas de echar fuera todo lo que lleva el artista dentro”. Ganas, que, asegura, no hay que perder: “sin eso no hay más ná”.
Acompañada al toque por Pedro Sierra, el público pudo comprobar que en Toñ la fuerza de la juventud está al servicio de lo que la garganta mande. El poderío de su voz inundó de una manera casi física el amplio espacio del anfiteatro, estremeciendo los oídos y el espíritu del público.
Por su edad y por su currículum, Toñi Fernández podría considerarse una joven artista ya consolidada. Tiene un disco, ha cantado con compañías flamencas como la de Rafael de Carmen, Susana Lupiañez, o el guitarrista Juan Carmona. Ha llevado su arte a países como Italia, China, Portugal, Arabia Saudí o Marruecos. Porque Toñi Fernández tiene pasado, pero sobre todo tiene futuro. Un futuro que lo primero que le deparará es la grabación de su segundo disco durante este año.